Ante la pérdida de mi identidad
Y el caos en mi vida,
Ante la negación de mi ser
Y el constante desanimo en mi existencia.
Creo que he perdido la batalla,
Pienso que no puedo seguir más.
Pierdo el tiempo tratando de cambiar,
Paso miles de horas en la depresión,
Intentando entender este mundo,
A sus humanos, mis hermanos.
Al final termino por asquearme de todo,
Concluyo por olvidarlos y mandarlos al carajo
Al infierno, a otro mundo donde les importe poco el amor.
No necesito más, no más de todo esto.
Por ahora recogeré mi propia porquería,
Dejaré que otros se ahoguen en su vomito de palabras
¿Pero quién soy yo para dejarlos morir?
¿Quién soy yo para olvidarme de ellos?
No sé si sea piedad o lastima lo que nos une,
No sé si sea humanismo o un intento psicótico de remediar el daño hecho,
Sólo sé que por ahora me toca hacer florecer este desierto humano
Con esperanzas de perdón y humanismo puro.
A luchar contracorriente, a intentar un cambio,
Un cambio fundamentado en el amor,
Un cambio para donde Dios sea mi guía,
Una revolución de amor y piedad
Una revuelta que nos una a todos como hermanos.
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